Mai y Antonio se conocieron cuando estudiaban en la Universidad, así me lo chivó un pajarito, el mismo que recuerda cuando Antonio esperaba a Mai sentado en un bonito banco situado frente a la casa de ella. Dice la leyenda que Antonio se quedó pajarico en aquel noviembre de 2013, la suegra le abrió las puertas de su casa y encendió el brasero rápidamente.
Mai y Antonio son de esas personas que entran de lleno en tu vida, abiertos, sinceros, simpáticos, llegaron al estudio casi desesperados buscando un fotógrafo después de tantas cancelaciones de su boda por la pandemia. Aunque Mai quería que les hiciera la preboda en la ermita de su pueblo, tras mi cara de «no me toques las narices», llegamos aún acuerdo jejeje.
Su reseña
Jorge es un gran profesional. Siempre atento a todos los detalles, puntual y amable. Su trabajo es excepcional, transmite seguridad y calma y los resultados son maravillosos. Es más, cuando vimos los resultados, habían fotografías que no nos acordábamos y fue más especial si cabe, ya que capta todos los momentos y nos hace revivir de nuevo nuestro gran día. Gracias Jorge por estar en todo.