Comparte este contenido

Este trabajo fotográfico está inspirado en La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, con un enfoque especial en el luto implacable y el encierro emocional de Bernarda Alba.

Tras la muerte de su segundo esposo, Bernarda impone un luto riguroso que trasciende las simples normas sociales. Para ella, el duelo no es solo una tradición, sino una prisión autoimpuesta. Este luto se convierte en un estado mental que la aísla completamente del mundo exterior. Bernarda queda atrapada en una fortaleza de silencio y locura emocional.

Las imágenes exploran cómo el luto de Bernarda se manifiestan a través de la oscuridad, con sombras profundas y una atmósfera claustrofóbica llevándola a momentos de locura. El uso de la luz limitada refleja el peso emocional de su existencia, sumida en la rigidez y el silencio.

En esta serie fotográfica, Bernarda Alba se muestra como una mujer joven, a diferencia de la figura de 60 años que proyectó Federico García Lorca en su obra original. Esta decisión artística aporta una perspectiva distinta al personaje, destacando cómo el peso del luto y la opresión emocional pueden imponerse incluso en la juventud, transformando a una mujer en el epítome de la rigidez y el control desde una temprana edad. Esta juventud de Bernarda subraya la intensidad con la que vive su autoimpuesto encierro, demostrando que no es la edad, sino la fuerza de sus convicciones, la que la encierra en una prisión emocional.

La interpretación de Carmen en el papel de una Bernarda joven añade un matiz trágico y universal al personaje, resaltando cómo las tradiciones opresivas pueden moldear y endurecer a una persona independientemente de su edad. Su juventud permite que las imágenes adquieran una frescura paradójica, donde la vitalidad queda apagada por una atmósfera sombría que simboliza el impacto del autoritarismo y el sacrificio en la vida de alguien todavía en sus años de plenitud. Este enfoque aporta una renovada lectura del personaje, sugiriendo que el luto y la represión son una trampa que puede capturar incluso a los corazones jóvenes, haciendo de Bernarda una figura aún más universal y profundamente trágica.


Comparte este contenido