En el mundo en blanco y negro de «Dominari», se revela la esencia pura de Lourdes. Cada fotografía es un destello de su ser, capturando la profundidad de su mirada y la serenidad de su presencia, mientras las telas blancas dan un marco etéreo a su figura.
En este viaje visual, Lourdes se muestra tal como es, sin artificios ni máscaras, revelando su verdadero yo ante la lente del fotógrafo. Cada imagen es un testimonio de autenticidad, una celebración de la belleza en su forma más cruda y sin adulterar.
Para Lourdes, esta sesión de fotografía no es solo un conjunto de imágenes, es una experiencia transformadora. Como ella misma lo describe, es indescriptible. En cada momento compartido, se fusionan la risa y la profesionalidad, creando un ambiente de confianza donde Lourdes puede ser completamente ella misma, sin reservas ni inhibiciones.
«Dominari» trasciende lo visual para convertirse en una expresión de libertad y empoderamiento. Es un recordatorio de que la verdadera belleza reside en la autenticidad, en la capacidad de ser uno mismo sin disculpas ni restricciones. En estas fotografías, Lourdes se revela a sí misma y al espectador, invitándonos a contemplar la belleza en su forma más pura y genuina.